Time stand still - Todo reseñas

by felixgjc
Reseñando discos desde 2011
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No podemos detener el tiempo, por más que deseemos congelar determinados momentos para que duren un poco más.
Este documental, dirigido por Dale Heslip y narrado por un fan de la banda como es el actor Paul Rudd, trata de retratar de forma resumida la historia de Rush pero desde una perspectiva diferente a la de la película "Beyond the lighted stage", la de una trayectoria de cuatro décadas en la carretera tocando en directo. Dicen que hay dos maneras de llegar al éxito en el negocio musical. O bien tienes singles de éxito que por lo que sea suenan en la radio o bien viajar de forma incansable y no dejar nunca de tocar en vivo acercándole tu música a los potenciales fans. Este segundo camino, sin duda más duro, fue el que tomó Rush para ganarse el respeto y el crédito del público a lo largo de todos estos años. Es increíblemente común la cantidad de gente que cuenta que fue a verlos en vivo conociendo un par de canciones y poco más, a veces acompañando a alguien u obligado por algún amigo, y salieron del concierto convertidos en fans irreductibles de por vida.
De forma que en su carrera las giras y los álbumes en vivo son tan importantes como lo son la discografía compuesta por los discos grabados en el estudio. Y "Rush: Time stand still" es buena prueba de ello.
Partiendo de esta premisa el documental nos embarca en la última gira de Rush, la conocida como R40, comenzando en Tulsa diez días antes del primer show y llevándonos en una cuenta atrás a través de 35 fechas hasta culminar en las dos noches finales en el Forum de Los Angeles.
A lo largo de más de una hora y media podemos disfrutar de entrevistas con los miembros de la banda en las que comparten recuerdos y anécdotas de todos esos años, desde que viajaban en una furgoneta familiar hasta el momento en que surgieron dudas sobre si podrían hacer esta última gira. En otros momentos de su carrera habían surgido dudas sobre continuar viajando tanto pero nunca había habido un momento tan crítico. Las dificultades de tipo físico a la hora de tocar durante tres horas, al nivel sobre todo al que lo hace Neil Peart, e intentando ser honesto en el sentido de no salir de gira si consideraba que no iba a estar a la altura de los niveles de exigencia que ellos mismos marcan, hicieron que no estuviera claro si iba a haber posibilidad de verlos en directo una última vez.
Hay lógicamente entrevistas, además de con ellos tres, con toda la gente que les rodea y que forma su equipo cuando van de gira, en muchas ocasiones algunos de ellos les han acompañado durante prácticamente toda una vida, manager, tour manager, técnicos o conductores.
También imágenes de actuaciones de todas las épocas, pero en esta ocasión dichas imágenes no son ni de lejos lo más jugoso ni hay grabaciones que no hayamos visto previamente. No creo que ese haya sido el objetivo fundamental de la realización de este documental.
Porque lo que hace diferente a esta película respecto a los videos que ya conocíamos sobre Rush es que es un documental sobre el grupo pero en gran medida es también un documental sobre los fans. Sus fieles seguidores tienen un papel fundamental en el mismo. De forma que nos permite por ejemplo conocer a ese circo ambulante que a veces acompaña a Rush en sus giras y que son las Rushcons (convenciones de fans) en las que podemos ver stands de memorabilia, karaokes, concursos, conferencias, firma de libros y muchos, muchos frikis. Hay testimonios personales más o menos curiosos de la relación con Rush en varios casos particulares de gente a la que entrevistan y que tienen su momento en el documental, en los créditos finales agradecen la cantidad de historias que les habían llegado disculpándose por no haber sido imposible incluirlas todas.
Mención especial merece los minutos que la película dedica a la ceremonia de entrada de Rush en el Rock and Roll Hall of Fame, momento histórico conocido por todo el mundo y que tal y como se desarrolló (el recinto se venía abajo cuando el presentador simplemente dijo "Y desde Toronto...") más parte del divertido discurso a cargo de Dave Ghrol y Taylor Hawkins, no deja de ser parte de ese homenaje a los fans que es este documental. Esa ceremonia es algo digno de ver por completo.
El último plano nos muestra a Geedy Lee y Alex Lifeson abrazados entrando en el camerino por última vez y cuando se cierran las puertas se puede ver a Neil Peart en los monitores despidiéndose del público. Todo muy emotivo y que te deja con sabor agridulce, feliz y triste a la vez.
El documental nos permite apreciar la diferencia en su carrera musical entre el comienzo, cuando el sueño de escapar les hizo formar una banda y el final, teniendo que elegir el momento de dejarlo y por tanto, bueno...no siendo tan divertido.
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